lunes, 15 de marzo de 2010

Una hija de diecisiete años

Tengo una hija de diecisiete años. Hace dos semanas fue su cumpleaños y como regalo tuvo un fin de semana en Salou, un pueblo cerca de Barcelona.
Estuvo allí con unos amigos. Ayer, volvió cansada pero muy satisfecha y feliz. Aunque, hacia mucho frio ellos lo pasaron muy bien y se divirtieron mucho. Apenas durmieron. Dijo que el pueblo es muy bonito, que tiene una parte vieja que le encanta, con calles estrechas y muchos bares y discotecas.
Yo tampoco pude dormir este fin de semana porque me preocupaba por ella. Tenía miedo de que algo malo le pudiera ocurrir. Con toda mi voluntad traté de no llamar a menudo, sólo dos veces por día. Cuando esa noche ella volvió a casa, me sentí feliz y satisfecha, por ella y por mí.

2 comentarios:

  1. ¡No sabes qué bien te entiendo! Las chicas de 17 llevan una vida muy agitada, y sus madres, más.

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  2. Ayyy...las madres, las madres. Siempre preocupadas. Cuando los hijos se divierten y cuando catean exámenes. Cuando llegan tarde a casa y cuando llegan demasiado pronto. Cuando ligan y cuando no ligan...Triste condición materna (y paterna...)

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